miércoles, 6 de octubre de 2010

Byron Moreno: Apocope del Silbato Dorado


     Se apagaron las luces del estadio, el césped contempla rígido la soledad de las gradas, y un vaho gélido empieza a devorar las sombras. Ya no sonaran los tambores, ni sus teñidos parches alegraran la tez policromada de la hinchada. El laberinto interno del estadio apesta a martillazos, aunque mirando de cerca son monedas que no dejan de caer, cara y cruz. Se acabaron los sorteos. En medio de los destellos y los espejismos de metal, se vislumbra una figura que silba sin descanso, tratando de parar el partido, pero no esta vez, ya no hay tiempo que vender.

     En un mundo curtido en base a pisotones morales, dobles discursos y pedagogías del aprovechamiento, se vuelve un poco odioso enarbolar una tesis de buenos valores y ética. Partiendo de eso, queremos presentar la historia de un personaje tan polémico como obscuro, refiriendo este último adjetivo tanto a su uniforme como a su conducta. Cada lector podrá dar cuenta a valoraciones sobre Byron Moreno, nuestro compromiso sin embargo es el de presentar la ficha de un ‘diez’ de la corrupción: jueguen muchachos.

Póker ante todo

     Si hay algo que caracterizo a Byron Moreno antes de sus desatinos mundialistas, fue su implacabilidad a la hora de imponer las diecisiete reglas. Más allá de una obsesión por el fair play, este personaje tenía un compromiso moral con la abundancia de amonestaciones. Se recuerdan tres partidos en particular:

- Argentina-Perú (Copa América 1997): con una velocidad superior a la del correcaminos, Moreno expulso a tres jugadores argentinos en menos de dos minutos.

- Vasco da Gama- América de México (Libertadores 1998): no contento con su hazaña anterior, el ‘justiciero’ expulso a media docena de futbolistas durante el partido; dos del equipo brasilero, y cuatro de las ‘águilas’.

- Green Cross – Delfín (Campeonato Nacional): en esta ocasión el partido solo llego hasta el minuto setenta y tres, Byron tajante como la guillotina expulsó a siete jugadores.

Los Chanchullos Mundialistas

     Resulta increíble, pero la mano dura de Moreno lo convirtió en el mejor árbitro del país, y en un réferi con suficiente experiencia internacional como para ser invitado a la cita ecuménica asiática. En Corea- Japón 2002, Byron convoco los medios internacionales en una actuación que no solo dejo a Italia fuera del torneo, sino también inscribió su nombre en los registros del las peores actuaciones arbitrales en la historia de un mundial. Esto lo transformo en persona non grata para los herederos de Calígula.

     Otro dato curioso concierne la participación del ‘justiciero’ en diversos programas de entretenimiento de la televisión italiana. Resulta difícil maquillar el término ‘ridículo’, pues Moreno fue objeto de burlas continuas, a las cuales accedió previo el pago de una cuantiosa suma.

Reloj Foliot y el PRIAN

      Después del bochorno mundialista y las nombradas ‘apariciones mediáticas’, Moreno fue desacreditado para dirigir encuentros internacionales. Sin embargo, su licencia le permitía trabajar en el medio ecuatoriano. Es así como llega a dirigir el partido entre Liga de Quito y Barcelona. Más allá de posibles justificaciones acerca del tiempo que debió añadirse en tal encuentro, quedara para la historia como Byron terminó el partido, segundos después de que Liga haya anotado el gol de la victoria. Además de la mencionada ‘eventualidad’, las actas del partido reflejaban datos erróneos (como los minutos donde se anotaron los goles). El resultado fue una suspensión de veinte fichas por parte de la FEF, y el fin de su carrera como árbitro en activo.

      Una hipótesis generada en torno a tales hechos, afirma que Moreno velo por una victoria ‘azucena’, pues su candidatura a Concejal de Quito hubiera sido beneficiada. Sin embargo tal estrategia político-deportiva no trajo los resultados deseados, y Moreno termino cuarto en la lista de futuribles para tal curul. Una lástima pues ‘el justiciero’ planeaba sacarle tarjeta roja a la corrupción…

Canal UNO y La Narco-Lipo

     Una vez ‘superado’ el Ponceano-gate, Moreno consiguió trabajo como comentarista deportivo en las cadenas RTS primero, y Canal UNO después. Parecía que Byron había encontrado un puesto donde sus conocimientos eran bien aprovechados, lejos de la tentación del Póker y sin medios para afectar resultados. Sin embargo, el silbato nunca duerme.

      El veintiuno de Septiembre del año en curso, en una jugada de otro partido, ‘el justiciero’ fue aprehendido con seis kilos de heroína en el John Fitzgerald Kennedy Airport de la ciudad de Nueva York. A pesar de que supo gambetear los filtros de seguridad nacionales, al pisar territorio estadunidense Moreno fue traicionado por sus bríos de acero, los mismos que le permitieron aplicar el reglamento con convicción militar, y cruzar fronteras con ambiciones ambiguas.

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