Aqui les dejamos unos videos del Nine, esperamos los disfruten.
miércoles, 10 de marzo de 2010
El Regreso de James Dean
Todo pueblo, todo país, todo aglomerado de individuos tiene personajes que encarnan la ilusión, retratados el vox populi como ídolos. Sería pretencioso y errado tratar de encuadernar las cualidades que dichos ídolos poseen, pues lo valioso de su registro yace en la peculiaridad de sus accionares. Por ello, en este post se va a hablar brevemente de un icono de la cultura ecuatoriana, un personaje que por sus meritos y deméritos, por su capacidad de embelesar, se convirtió en uno de aquellos ídolos. Su nombre es Jaime Iván Kaviedes.
Nació el 24 de octubre de 1977 en Santo Domingo de los Colorados, al occidente de la provincia de Pichincha, en su parte subtropical, es decir en el centro-norte de Ecuador. Indudablemente, uno de los eventos que marco su vida fue el fallecimiento de sus padres a causa de un accidente automovilístico. A raíz del siniestro, Jaime Iván pasó a vivir con sus abuelos maternos, Benjamín Llorente y Francia Méndez. Don Benjamín se ocupaba de la administración de la Hacienda Tanti, dedicada a la producción de aguardiente. Por su parte, dona Francia se ocupaba de los quehaceres del hogar y al buen cuidado de su nieto. Es quizá la mezcla de estos componentes, su temprana orfandad y su soledad por ser hijo único, lo que convirtió al balón en su mejor aliado y compañero de vida.
Sus inicios futbolísticos pasaron por clubes pequeños de la ‘ciudad colorada’ como Audaz, Chavos, o Sport Colombia. A sus tempranos quince años migro hacia al Puerto Principal para enrolarse en el Club Sport Emelec. Fue en el club ‘eléctrico’ donde Jaime Iván debuto y se catapulto definitivamente a la fama, convirtiendo la nada tímida suma de 43 goles en 39 partidos, registrando así su nombre y el del país en el libro de record Guiness. De allí la historia conocida, su traspaso al Perugia, y su posterior condición de trotamundos vistiendo diversas casacas en España, Portugal, México, Argentina y Ecuador.
Sin embargo sus entretelones biográficos no son la esencia de la discusión, sino su genialidad en la cancha. Kaviedes marca un punto de inflexión en el futbol ecuatoriano porque su modo visceral de jugar quiebra el tiempo y extirpa nociones preconcebidas para reinventarse partido a partido. Es un jugador de su talante el que invita discusiones en el barrio, sanedrines en los bares y vociferaciones en los estadios. Sin duda es una personalidad diferente, que genera odios y pasiones.
Esta dualidad es el resultado de la censura de la sociedad, que no tolera la indisciplina ni la ‘majadería’, pero que deja de lado sus tapujos cuando el foco de sus críticas los alumbra mediante una gambeta corta, un tacón de chistera, o inclusive un frentazo que signifique el pasaporte al mundial.
Porque el flaco no solo gambeteo a Carles Puyol en el Camp Nou. Fue más allá y a través de una chilena artística, silencio a más de setenta y siete mil culés cuando vestia la camiseta del Valladolid español. Ningun
jugador con antecedentes de indisciplina se pasea por distintos equipos de Europa y Argentina, a menos que su talento valga la pena.
Viene a la mente la letra de The Eagles sobre aquel mítico icono cultural norteamericano de los 60’s, James Dean The only thing that got you off was breakin' all the rules. El paralelismo entre el actor de Rebelde Sin Causa viene en que ambos son incomprendidos por la sociedad, el uno por su polémica devoción a las carreras automovilísticas de alta velocidad (que finalmente lo llevarían a la muerte en un trágico accidente), y el otro por sus irreverencias que tocaron fondo en los últimos años debido a su adicción a las drogas.
Ahora el ‘Nine’ se juega probablemente su último segundo tiempo, pues con treinta y tres años a cuestas una recaída mas significaría un abandono definitivo a las canchas profesionales. Sin embargo, este regente de la pelota encapsula la esperanza en el talento, y para aquellos que creemos en los sueños eso debe prevalecer. Como dice el ‘profe’ Luis Fernando Suarez, hablo de él porque pienso que los genios no deben morir. Nosotros creemos lo mismo, fuerza Nine pues ‘la pelota no se mancha’.
NOTA: queremos agardecer particularmente a la web oficial de Jaime Ivan Kaviedes, quienes nos proveeron de los datos exactos acerca del jugador, para mayores referencias visitar:
http://www.ivankaviedes.com/main.html
Nació el 24 de octubre de 1977 en Santo Domingo de los Colorados, al occidente de la provincia de Pichincha, en su parte subtropical, es decir en el centro-norte de Ecuador. Indudablemente, uno de los eventos que marco su vida fue el fallecimiento de sus padres a causa de un accidente automovilístico. A raíz del siniestro, Jaime Iván pasó a vivir con sus abuelos maternos, Benjamín Llorente y Francia Méndez. Don Benjamín se ocupaba de la administración de la Hacienda Tanti, dedicada a la producción de aguardiente. Por su parte, dona Francia se ocupaba de los quehaceres del hogar y al buen cuidado de su nieto. Es quizá la mezcla de estos componentes, su temprana orfandad y su soledad por ser hijo único, lo que convirtió al balón en su mejor aliado y compañero de vida.
Sus inicios futbolísticos pasaron por clubes pequeños de la ‘ciudad colorada’ como Audaz, Chavos, o Sport Colombia. A sus tempranos quince años migro hacia al Puerto Principal para enrolarse en el Club Sport Emelec. Fue en el club ‘eléctrico’ donde Jaime Iván debuto y se catapulto definitivamente a la fama, convirtiendo la nada tímida suma de 43 goles en 39 partidos, registrando así su nombre y el del país en el libro de record Guiness. De allí la historia conocida, su traspaso al Perugia, y su posterior condición de trotamundos vistiendo diversas casacas en España, Portugal, México, Argentina y Ecuador.
Sin embargo sus entretelones biográficos no son la esencia de la discusión, sino su genialidad en la cancha. Kaviedes marca un punto de inflexión en el futbol ecuatoriano porque su modo visceral de jugar quiebra el tiempo y extirpa nociones preconcebidas para reinventarse partido a partido. Es un jugador de su talante el que invita discusiones en el barrio, sanedrines en los bares y vociferaciones en los estadios. Sin duda es una personalidad diferente, que genera odios y pasiones.
Esta dualidad es el resultado de la censura de la sociedad, que no tolera la indisciplina ni la ‘majadería’, pero que deja de lado sus tapujos cuando el foco de sus críticas los alumbra mediante una gambeta corta, un tacón de chistera, o inclusive un frentazo que signifique el pasaporte al mundial.
Porque el flaco no solo gambeteo a Carles Puyol en el Camp Nou. Fue más allá y a través de una chilena artística, silencio a más de setenta y siete mil culés cuando vestia la camiseta del Valladolid español. Ningun
jugador con antecedentes de indisciplina se pasea por distintos equipos de Europa y Argentina, a menos que su talento valga la pena.
Viene a la mente la letra de The Eagles sobre aquel mítico icono cultural norteamericano de los 60’s, James Dean The only thing that got you off was breakin' all the rules. El paralelismo entre el actor de Rebelde Sin Causa viene en que ambos son incomprendidos por la sociedad, el uno por su polémica devoción a las carreras automovilísticas de alta velocidad (que finalmente lo llevarían a la muerte en un trágico accidente), y el otro por sus irreverencias que tocaron fondo en los últimos años debido a su adicción a las drogas.
Ahora el ‘Nine’ se juega probablemente su último segundo tiempo, pues con treinta y tres años a cuestas una recaída mas significaría un abandono definitivo a las canchas profesionales. Sin embargo, este regente de la pelota encapsula la esperanza en el talento, y para aquellos que creemos en los sueños eso debe prevalecer. Como dice el ‘profe’ Luis Fernando Suarez, hablo de él porque pienso que los genios no deben morir. Nosotros creemos lo mismo, fuerza Nine pues ‘la pelota no se mancha’.
NOTA: queremos agardecer particularmente a la web oficial de Jaime Ivan Kaviedes, quienes nos proveeron de los datos exactos acerca del jugador, para mayores referencias visitar:
http://www.ivankaviedes.com/main.html
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