domingo, 22 de abril de 2012

Fútbol con Cumbia



 Existen escritores que además de sus labores creativas o ensayísticas, dedican parte de su tiempo y talento a comentar las vertientes del fútbol. Está Camus, que en medio de su existencialismo y Hombre Revolucionado, encontró las mejores reacciones a la vida dentro de la cancha. Galeano exploró los componentes del juego en su El Futbol a Sol y Sombra. Nick Hornby nos regaló esa fantástica novela llamada Fever Pitch, donde utilizando sus vastas memorias como fan del Arsenal, logró un texto que penetra en la mente del hincha con voracidad. El escritor peruano Ivan Thays combina su oficio de bloguero profesional con el de escritor, y repasa con muchísimo humor las grandes citas futbolísticas. La lista sigue y no es el propósito de este post enumerar los literatos-futboleros. Aquí se va a celebrar la entrada de un gran escritor al comentario deportivo: Washington Cucurto.  
Partamos del nombre. Cucurto no nació Cucurto, fue inscrito como Santiago Vega. Cucurto es una creación literaria, un filtro entre el lector y el mundo viscoso de la cumbia. Era inevitable quizás que Vega acabe identificándose por completo con su personaje.   Los adjetivos más utilizados para calificar su obra incluyen: irreverente, marginal, grotesco o novedoso. Para Cucurto los adjetivos deben imprimirle ritmo a la prosa, como un teclado da vida a una cumbia. La música obsesiona a Cucurto. El ambiente de las ‘villas miseria’ con toda su crudeza y humanidad. Sus cuentos y poemas están llenos de sexo obrero, inmigrantes y cumbias.
El mismo vértigo de sus cuentos está presente en los comentarios futbolísticos que aparecen en su columna semanal de ESPN.  Evaluando la última Copa América, Cucurto no elige su jugador favorito entre Suarez, Valdez, Messi o Neymar. Aca su elección: “No nos da miedo, es humano, es tiernamente querible, Chiroque se cae, se la sacan, pero también puede gambetear a dos o tres robots uruguayos o brasileños. Desde su humilde puesto, con su pequeñez física, nos da una lección de vida a todos.” Hablar de William Chiroque no representa únicamente el gusto futbolístico de Cucurto, es su manera de comprender el mundo.
La actualidad de la Copa Libertadores es analizada también por el autor de “Cosa de Negros”. Lejos de banalizar los triunfos de equipos andinos por el factor altura, o centrar su análisis en mitologías trilladas como son la ‘jerarquía’,  Cucurto celebra la alegría de lo que considera auténtico. Sobre el recordado empate entre Godoy Cruz y Atlético Nacional dijo: “Queridos lectores, lamento decirlo, pero la realidad nos golpea a la cara. Los argentinos debemos aprender que hay muchos equipos que juegan bien al fútbol. No son sólo los brasileños, sino que ahora se suman los chilenos, los ecuatorianos y los colombianos. Pensar que Boca o Vélez son candidatos por su historia es una infantilada imperdonable. Ya no es así...” Es generoso con el esfuerzo y no se limita a alianzas ciegas hacia el underdog. De igual manera reconoció la hazaña de Emelec en Paraguay, como lamentó la despedida temprana del equipo de Ronaldinho.
La prosa-villera de Cucurto le hace bien a la literatura y al fútbol. Es hora de que se oxigene la atmosfera de comentaristas deportivos, donde es frecuente escuchar a  ex-jugadores y periodistas rumiar noticias, hacer tertulia de temas intrascendentes, o peor aún,  escuchar sus parcializadas visiones como si fueran sentencias. Las cumbias-columnas de Cucurto pueden parecer hiperbólicas, pero como el mismo dice, “Si piensan que macaneo vengan a caminar por las calles de Constitución y verán que esto es ciencia ficción sudamericana”. Todo fútbol, todo cumbia.